Estar en camino es delicado, porque puedes pensar que nunca estás en ningún lado en lugar de contentarte por todo lo que vas recorriendo y por todo lo que queda por conocer. Mi concepción del hecho de ser cristiano, me está llevando a cierto desánimo; es cierto, las últimas semanas me he preguntado más de la cuenta si los esfuerzos valen la pena.
Pero si la sal se adultera, ¿para qué va a servir si no es para tirarla y que la pisen los hombres? (Bueno, esto es cita de una canción de Brotes basada en una cita del evangelio), pero se la escuché en un buen momento, ¡y pensar que casi no voy a verlos el sábado!
Perdón por el párrafo porque es bastante críptico, pero el resumen es que no quiero que mi sal pierda su valor. El domingo escuché otras palabras animando a ser audaces.
Voy a intentar ir en la dirección de recuperar cierta audacia (aunque a los veinte años no se puede volver )