Estoy de vacaciones de verano, durante estos días todo se ha calmado, de alguna forma se ha frenado ese «sin parar» diario.
Mi lucha diaria es la de vivir más plenamente, buscar cómo desarrollar mis capacidades, cómo disfrutar más de todo aquello que me hace crecer, que me hace ser más yo.
En este proceso, todo me influye: en los aspectos de más intimidad está mi vida familiar y de pareja, desde el punto de vista más público, está mi profesión, mi trabajo. Por otro lado, algo más «adentro» están mis aspectos de fe y el consiguiente compromiso pastoral y también, no quiero dejármelo aspectos de ocio! y otros que imagino podría enumerar!
Hay tanto por cubrir, que entiendo que se pueda pasar por momentos de infelicidad o agobio cuando en cualquiera de estos aspectos no llegamos a lo necesario, por ejemplo cuando la vida familiar y de pareja no cumple con las expectativas de intimidad, o lo que es más común, cuando nuestras necesidades de desarrollo y crecimiento profesional no se cumplen en nuestro trabajo. Y lo que me parece más grave si nuestras necesidades interiores de libertad y confianza no tienen un «cumplimiento» o se apoyan en nuestra vida espiritual, de fe, ¿hacia donde vamos?
Por el contrario, seguir un camino que nos procure felicidad sería tan sencillo como revisar aquello que nos afecta y necesitamos, y asegurarnos que seguimos creciendo por dentro de cada día en todos ellos.
He nombrado al principio la vida de ocio, la veo muy ligada a esa libertad interior, a la espiritualidad. No puede darse una espiritualidad sin una libertad interior y esa alegría proveniente del ocio.
Un final adecuado para unos días de vacaciones, en los que tampoco quiero olvidar la necesidad de seguir creciendo por dentro! porque llega una edad en la que no solo podemos seguir creciendo a lo ancho 🙂
Un poco «críptico», tu post!
Cuando dices «infidelidad», entiendo «flaqueza», «descentramiento» o «desvío» respecto de ese objetivo de «vivir más plenamente», ¿no?
Luego hablas de «necesidades de libertad y confianza». Entiendo que es todo sinónimo de «buscar cómo seguir desarrollando mis capacidades», «luchar por disfrutar más de todo aquello que me hace crecer» o, más adelante, «seguir un camino que nos procure felicidad».
Y relacionas «libertad interior» con la alegría proviniente del ocio.
Al final, entiendo que relacionas libertad (no sentirse atado por cosas) con crecimiento interior.
No digo que no entienda nada, sino que veo que este post es muy denso.
Y, por último, ¿hablas de tu experiencia, o al mismo tiempo estás intentando dar un consejo a alguien? (sólo es una pregunta, para «contextualizar» y así entender mejor el mensaje que intentas dar con tu post)
Me ha salido así por intentar traspasar al blog unas notas tomadas con prisa en una pequeña hoja de papel mientras estuve en una charla.
He corregido algún gazapo, no quise poner «infidelidad» sino «infelicidad»
Es cierto que escribiéndolo he encontrado como sinónomos conceptos bastante abstractos que para mi tienen mucho significado, como espiritualidad, libertad interior, confianza y esperanza! Pensaré sobre esta idea mía.
Hablo de mi experiencia, como siempre en mi blog, pero lo cuento porque creo que puede ser de interés y servir a otros.
Gracias por estas preguntas que me han servido para mejorar un poco el texto que ni a mi me resultaba muy convincente.
He descubierto tu Blog por casualidad. Felicidades! lo visitare a menudo.
El tiempo de ocio nos conduce a encontrarnos con ese «yo» niño, libre y capaz de cualquier cosa!
El tiempo de ocio nos transforma y nos renueva dando vigor y fuerza, y eso tiene mucho que ver con la espiritualidad y el mundo interior del que hablas.
Que importante es cuidar de ese tiempo libre para poder dar sentido, para poder «refrescar» la vida cotidiana de familia, pareja, trabajo, estudios, compromiso con esta tierra! con estos hermanos!
ánimo en este blog