Tras un mes completo de vacaciones he regresado al trabajo (y a mi blog, porque no he puesto ni un solo comentario en todo mi mes desconectado)
He pasado un mes muy familiar, con mi mujer y mis dos hijos, y ahora he vuelto al trabajo y a pasar casi todo el día sin ellos.
La realidad es que mi vida profesional es completamente absorbente, imagino que como la de la mayor parte, y durante estos días he estado pensando bastante en cómo evitar esto, ya que no quiero, ni de lejos , hacer de mis tareas profesionales, el centro de mi vida. Ni estoy dispuesto a pagar el alto precio que puede suponernos a todos en mi casa.
A lo que le doy vueltas es a algo más que a la difícil integración de la vida familiar y laboral. Creo que todos necesitamos actividades que nos enriquezcan, nos hagan crecer continuamente, por dentro y por fuera (en cuanto aptitudes) Yo tengo la suerte de tener un trabajo que en cierta medida me permite crecer y evolucionar. Pero, la pregunta sería ¿quiero que el trabajo modele mis aptitudes?
Para tanto esfuerzo veo muy poca relación entre mi trabajo y lo que quiero para mi vida. ¿Son todos los trabajos y dedicaciones correctos en el seno de la comunidad cristiana? “Quien no trabaje que no coma” me diría Pablo, como a los Tesalonicenses (2 Tes. 3:10).
Como voy a pensar mucho durante los próximos meses intentaré avanzar un poco más.
Bienvenido de nuevo! 🙂
Es un tema complicado el que has sacado!
No suele ser habitual que la gente pueda trabajar en algo que le gusta, o que le ayude a realizarse o a ser mejor persona, etc. Por desgracia, es así.
Pero, ¿qué salida hay? ¿Hay alguna solución? O sea, sí, somos libres y podemos elegir, pero a veces no es tan fácil como en teoría parece!
Por otro lado, está lo que comentas: independientemente de que tu trabajo te guste o no, puede absorber todo tu tiempo, y eso tampoco es bueno.
Y, además, como tú dices también, puede gustarte (puede ser estimulante, divertido, intenso, interesante!), pero no «ir en consonancia» con lo que tú quieres vivir en tu vida!
Eso me ha parecido entender, de lo que dices.
Yo, sinceramente, no me puedo quejar de lo que tengo ahora como trabajo, ya que me deja el suficiente tiempo libre para hacer o pensar en otras cosas (aunque a veces no lo parezca desde fuera), y al mismo tiempo, sin haberlo tenido claro o sin habérmelo planteado en serio en ningún momento, resulta que es un trabajo en el que disfruto y me lo paso bien, y además va «en consonancia» con mi vida, o al menos no va en contra de lo que yo quiero vivir. En mi trabajo hago lo que más me gusta, me siento valorado y siento que me ayuda a crecer como persona, y encuentro sobre todo mucha libertad y pocas normas inútiles -de cualquier tipo- (comparado con otros trabajos, al menos), lo cual es un lujo hoy en día, y además, es lo que creo que ando buscando para mi vida.
Quizás he pintado una visión muy idealista de mi trabajo! Y quizás actualmente sí absorbe una proporción alta de mi tiempo, pero espero que dentro de unos años no sea así.
Por cierto, trabajo de profesor en la Universidad (lo digo por los que lean esto y no me conozcan).
Estaré a la espera de próximos comentarios tuyos sobre este tema!
Un abrazooo.
🙂